Duatlon Punta Umbría (Mario Cerdán)

Domingo 24 de febrero donde coinciden dos grandes eventos deportivos en 100km. La
Maratón de Sevilla y el Duatlón de Punta Umbría. Sin desmerecer a la maratón, pero gracias a la famosa "Batalla de Duatlón" donde un soldado ateniense llegaba tarde a no sé que sitio y luego se montó en un caballo (bici de la época) porque estaba cansado de tanto persa detrás, me inclino por la crónica de este último evento. Entiendo a mis compañeros que se hicieron Sevilla en lugar de Punta, yo, a veces, también tengo miedo.

Entrando en lo puramente deportivo, mañana de mucho frío y dudas debido a mi abandono en el cross del corchito (primero en 36 meses) la semana anterior aunque fuera más por precaución que por dolor. Haber olvidado el Garmin, el portadorsales y los zapatos de la bici en casa dejan entrever el espectaculito que, intuía, iba a dar. 

Salida muy rápida por la calle Ancha (y larga también). Veo que sigo a Llordén y a Riky con mucha dificultad pero sé que en la bici voy a ir mejor y decido aguantar con todo. Me acompaña Paco Gómez como en todas las últimas carreras. Guapísimo el recorrido a pie.

Alba está unos 50m delante y eso me da ánimos pero ¿Dónde está Rocío? A la mitad de la segunda vuelta de carrera, alguien grita mi nombre y echa por tierra mi estrategia de sorprender a Llorden. Este se gira y cruzamos cariños (¿estás ahí mamona? a por ti que voy perro). Llego fritísimo a la transición pero, gracias al esfuerzo, con Amazares, Alba y Llordén. Respiro dos veces profundamente y cojo la bici. Antes de montarme, Amazares, en claro amaño con Toni, se frena en seco para montarse (lo que se llama hacer un "Triki" Beltrán).

Nuestro grupo de bici era muy numeroso y vamos cogiendo gente. Cuando mi pulso vuelve a la calma, me doy cuenta que solo tiran Llordén, Ramón Boda y Riky. Doy un relevo y ánimo a la gente a que vayan entrando porque tenemos un grupos a 500m (el de Rocío, Jorge y Juan Iglesias). Me sale el tiro por la culata ya que la gente se viene demasiado arriba y entran a los relevos por la izda, dcha, por arriba y 3-4 a la vez. Me giño en lo alto y no vuelvo a asomarme por la cabeza. Alba se bate el cobre durante una vuelta completa a gran ritmo pero se suelta finalmente cuando cogemos al de Rocío (una amiga por otra). Viendo el peligro propongo a todos los amiguetes (y eramos muchos) dar un palo e irnos por nuestra cuenta. La gente no lo ve claro, salvo una loca, y nos quedamos tapaditos.

A todo esto, un avión volando bajo pasaba en solitario, con el viento que hacía, cada vuelta.

Ligero tapón (esperable) en la transición y salgo como una bala ya que hemos cogido a gente que corre mucho más que yo y no estoy dispuesto a invitar a muchas cervezas (había apostado eso con los que me currasen y no empezasen por "e"). Adelanto a Jorge y me vengo arriba con Rocío. Escucho pasos detrás y no me quiero girar por si veo a Llordén, Iglesias, Ramón o Amazares. Aprieto con todas mis fuerzas y veo que Rocío afloja justo antes del giro la segunda mitad del tramo. ¡Qué mamonaza! era para coger aire y apretar. Me saca 20m pero para mi son insalvables. Llego a meta con la sensación de haber corrido como nunca, ya que empezar con el mismo grupo que semejantes aparatos y llegar por delante de todos no lo esperaba. También hay que decir que no llevaba dinero y no podía invitar.

Añado una última foto de cómo quisieron y no pudieron.

Felicitar a Emilio (57') por ser un aparato sin igual. A Andrés (1:03) porque a este paso va a currar a Emilio y luego llorará. A mis Juanma y David (1:04) porque está muy fuertes y cuando venga el agua se van a salir. A Rocío porque me ha currado en mi mejor carrera a pie. Lástima del sóleo de Julián y la fiebre de Tonet, aún así, terminaron como  bien dice el título de este blog. Y a todos los demás miembros del club y amiguetes en general que nos lo hemos pasado muy bien. Gracias por los ánimos, me siento volar cuando escucho mi nombre. El año que viene si me veo peor de forma y tal ya hago el maratón o la maratón esa que comentan algunos globeros.