Bajé al pantalán con la moral más baja
que la prima de riesgo de Finlandia. Después de probar el agua,
calentar
y hablar con Clara
la cosa mejoró. Me coloqué cerca de la orilla, dispuesto a hacer los
metros de más que hicieran falta para no pelearme con nadie y cogí las
boyas por fuera para no derrapar. Nadé tranquilo y con un estilo que
haría sonrojar de vergüenza a mi monitor de natación (perdona Miguel),
tan solo recibí un talonazo en el mentón y una suave y sensual caricia
en mis tersos y bien contorneados glúteos (la próxima vez espero que al
menos dejen el tfno). Corrí
hacia mi bici por el firme de adoquín enmoquetado sorteando a globeros
que desperdiciaban en segundos el dinero que sus padres se gastaron en
enseñarles a nadar. Transición rápida, sin gomillas ni otras
"mariconadas" trialéticas. Volé por los adoquines, baches,
alcantarillas, railes, arena y los otros obstáculos del fácil circuito
que nos habían preparado ( se me da bien la btt). Afortunadamente hay
buenos ciclistas (bendito dorsal 370 a quien el dios de su creencia
tenga en su gloria) que nadan casi tan mal como yo y poco a poco
formamos un buen grupo del que tirábamos cuatro o cinco incluido Abreu
(menudo relevo me dió). En algún momento pasamos a Clara (impresionante
su coraje) y a Pablo Mouriña pero no me di cuenta porque estaba muy
metido en mi particular Paris-Roubaix. "Palito" final
para llegar calentito a la t2 que también fue rápida.
Corrí
mejor de lo que esperaba lo cual no impidió que Pablo Mouriña me pasara
haciendo vibrar el serigrafiado de mi mono (como corre el tio). Sexto de
21 llegados, 157 de 600 en la general y no muy lejos de los
viejos-élite. Termino la temporada contento, gracias a todos los que me
han ayudado y enseñado tanto.
Felicidades a los campeones Rocío Espada, Aarón Varela y David Escribano (quien le iba a decir a mi exbici B-WIN que iba a ganar algo) y a todos los que han tenido...de terminar.
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